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Margarita Morales

De México a España y viceversa: Agustín Lara, en España se piensa mucho en ti


No cabe duda que Agustín Lara tenía el don de la composición, porque sin haber conocido ciudades de España como Madrid, Granada, Sevilla y Valencia, entre otras más, fue capaz de componerles canciones que muchos españoles desconocen que su autor fue un destacado músico mexicano y que su muerte dejó un legado de más de 700 obras que aún se siguen interpretando por todo el mundo.


Una de esas piezas fue un gran regalo de Lara a España. Se trata de “Granada”, escrita en 1932 sin que el maestro conociera el país. Fue tal éxito que tuvo este tema en la radio de entonces, allá por 1940, que con el paso de los años, por acuerdo unánime del Ayuntamiento de esa ciudad, en 1997 se convirtió en el himno oficial con una adaptación hecha por el profesor Luis Megías Castilla.


Y así como esta canción se hizo popular en España, siguieron otras en la lista de composiciones que Lara hacía sin seguir conociendo el país. Es el caso de piezas dedicadas a Toledo, Sevilla, Murcia, Valencia y Madrid con su famoso chotis. Estos éxitos musicales calaron en la sociedad española, de tal manera que el dictador Francisco Franco reconoció la trayectoria del músico mexicano en 1965, con el obsequio de una hermosa casa en Granada. Y en mayo de 1975 se inauguró una escultura en su honor en el barrio de Lavapiés de Madrid, con la presencia de alcaldes de Madrid y Barcelona, personalidades españolas y mexicanas que fueron testigos del gran homenaje que se le hizo al maestro, cuya pieza fue hecha en México por el escultor mexicano Humberto Peraza.


‘El Flaco de Oro’


Enterrado en el Panteón Civil de Dolores en la Ciudad de México, quien fuera artísticamente bautizado como “El Flaco de Oro” o “El Músico Poeta”, en realidad se llamaba Ángel Agustín María Carlos Fausto Mariano Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús Lara y Aguirre del Pino. Sobre la fecha y lugar de su nacimiento hay imprecisiones en las biografías que existen sobre él, porque algunas dicen que nació en el estado de Veracruz, otras indican que en Puebla y unas más en la Ciudad de México. Lo cierto es que murió en la Capital un 6 de noviembre de 1970.


Su padre abandonó a su madre y a él cuando era muy pequeño, lo cual no impidió que a temprana edad incursionara en la música, cuando a los 7 años aprendió a tocar el piano. La precaria situación de su casa le orilló a buscarse la vida a partir de los 12 años, en que trabajaba como pianista en clubes nocturnos para ganar dinero y llevarlo a casa, aunque a su madre le mentía diciéndole que trabajaba haciendo turnos telegráficos.

Así crece Lara, aprendiendo y componiendo temas para piano, no sin antes haber formado parte del movimiento revolucionario al cual se unió en 1917, llegando a ser capitán segundo e incluso habiendo recibido impactos en sus piernas.


Años después se dedica a ser pianista en bares, cafés, salas de cine mudo y cabarets, hasta 1929, en Puebla, en que conoce al tenor Juan Arvizu, quien lo descubrió y empezó a interpretar sus composiciones. Se atribuye a 1930 como el año en que empieza su exitosa carrera musical en la radio, en la cual llega a tener programas como “La hora íntima de Agustín Lara” y “La hora azul” en la famosa XEW, donde sus temas eran interpretados por las voces de Pedro Vargas, Toña la Negra, Pedro Infante y Javier Solís, entre otros famosos de esa época dorada del cine y la música mexicana.


Sus constantes relaciones amorosas con mujeres, entre las que sobresale su matrimonio con la diva mexicana, María Félix, le llevaron a componer apasionados y románticos boleros que hoy en día siguen interpretando no solo cantantes mexicanos, sino de otros países, dado que su música traspasó fronteras.


Aunque físicamente el compositor no era un hombre dotado de belleza, tenía una gran personalidad que atraía a muchas mujeres, de tal manera que en una ocasión, en 1927, al parecer se relacionó con varias mujeres en un cabaret donde trabajaba, entre las cuales una corista llamada Estrella, en un momento de celos atacó a Lara con una botella rota, causándole una marcada cicatriz en su rostro, que muchas veces lo hizo sentir inferior ante el público. Aun así, Lara siguió creciendo como músico y compositor y su obra comprende unas 700 piezas entre boleros, baladas, pasodobles, pasacalles y melodías.

__________________________________________________________________________________________ Margarita Morales es periodista y editora mexicana con experiencia en medios tradicionales y digitales, gestión de redes sociales, contenidos para blogs y realización de páginas web. Reside en Valencia, España.



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